CONTRACORRIENTE

Vaya este recuerdo como un pequeño homenaje a Fernán Gómez, referente para gente de mi generación y claro ejemplo de lo que es pensar, actuar, en definitiva, vivir a contracorriente.
Ayer, Raul del Pozo, maestro de periodistas, relataba en su habitual columna de El Mundo una anécdota de los que el llamaba verdaderos orígenes de la movida madrileña. Raul, a diferencia de los cronistas oficiales, no da el protagonismo a Tierno, Alaska, Berlanga o cualquiera de los Pegamoides, Raúl situa el origen de la movida en los finales de los sesenta y la decada de los setenta en las largas noches de Pasapoga o Pigmalión.
Relataba Raúl que una noche, tarde ya, ahogada la sed en Chivas, salían de uno de estos locales Fernando, Paco Rabal y un amigo denominado El Sardina, al parecer redactor de Marca, acompañados de tres señoras de vida disipada. Llegados a casa de Fernando, Paco Rabal se llevó a una de las señoras a la habitación. El anfitrión le espetó al Sardina - Si quiere usted dormir, le aconsejo se acomode en el diván, yo le traeré una manta- Si, por el contrario, desea leer o tomar una copa, solo tiene que decirlo y al momento se lo traigo, pero si lo que ha venido usted es a follar, olvídese, Paco se las tirará a las tres, yo ya estoy acostumbrado.
Yo, en un día triste para la cultura, prefiero recordar este aspecto del maestro de todo.