CONTRACORRIENTE

La promesa del Alcalde de Estepona de derribar la estructura de lo que hubiera sido el único hotel de nuestra ciudad está en camino de cumplirse al haber empezado hoy las máquinas a trabajar. Por si alguno todavía no lo sabe, el derribo alcanzará aproximadamente el 30 % de la superficie actualmente existente con lo que salvo el prurito de cumplir con lo prometido poco más beneficio vamos a obtener los ciudadanos que compense la oportunidad perdida de contar con el hotel.

Por otra parte y en ese afán de no darme por contento con la versión oficial, hay cosas que no terminan de encajarme. De sobra saben las cuentas del Gran Capitán en beneficio de la promotora que ya he apuntado en otras colaboraciones y no voy a repetir pero, dejando esto de lado, no encuentro argumento jurídico que ampare esta medida ya que, si la memoria no me es infiel, el convenio firmado por el Ayuntamiento con PRASA que debiera dar amparo a esta medida no está ratificado por órgano municipal alguno que no sea la entrepierna del ínclito.

Es decir, que sin apoyo jurídico, se está jugando con el patrimonio de todos los esteponeros que seremos quienes debamos pagar las posibles indemnizaciones de la política errática de estos que hoy nos gobiernan. Me dicen que quienes conforman el gobierno municipal están sumamente tranquilos dado que ninguno, salvo el que firma el decreto de derribo, tiene responsabilidad alguna al no haber prestado ni su firma ni su voto en actuación alguna y que de verse en la tesitura, la respuesta va a ser negativa al tener dudas razonables sobre el posible contenido penal de esta actuación, insisto, poner de marcha un convenio sin ratificación de organo administrativo alguno beneficiando a una empresa que, según manifiesta el propio Alcalde, ha incurrido en ilegalidad al construir más de lo permitido por la licencia y con carácter previo a la resolución de las posibles impugnaciones que se hubieran podido presentar dentro de los plazos legales.