LOS CHICUCOS



Grupo de Chicucos en una bolera cántabra de El Puerto de Santa María

Cuando yo era un niño chico, en Santander, eran abundantes las cuadrillas. Cada barrio, cada calle, cada zona, tenía la suya. Mi padre formaba parte de una que tomaba los chatos todas las tardes por la zona de las calles del Medio y Arrabal. Allí estaban  el Escorial, el bar de Cacarilo, el Jauja, el Tívoli o el Benidorm. Solían terminar en la zona noble de Paseo de Pereda, en el Sonderklass, en casa del amigo Bernardo.
Dos de estos bares, el Escorial y el Sonderklass, eran propiedad de chicucos. Se conocen como chicucos  a gentes procedentes de Santander que, en sus tiempos mozos, casi unos niños todavía, emigraron a Cádiz, como otros muchos en aquella época de postguerra emigraron a Sevilla, y se instalaron a trabajar noche y día, generalmente en tiendas de ultramarinos propiedad de paisanos que hicieron el camino antes. Allí, trabajaban y dormían. Muchos de ellos se instalaron en Andalucía y aquí nacieron sus hijos y nietos.
Año tras año, sin solución de continuídad, Bernardo y compañía acudían a Cádiz por Carnaval. En cuanto tenían la menor ocasión y la economía lo permitía, salian pitando a recorrer las calles del centro, a visitar a viejos compañeros y amigos. Luego, cuando el dinero o las fuerzas se agotaban, volvían a contar las batallas, entre chato y chato de media tarde. Descendientes de Bernardo tienen hoy negocios en Santander. Poldo, su hijo, mantiene un restaurante en San Juan de la Canal. Mar, por su parte, historias al margen, yo los quiero a ambos, da lecciones de cocina en la zona de Liencres.
La alcaldesa de Cádiz, Teófila Martinez, es una chicuca de pro. En una de las últimas campañas electorales, a sus adversarios, cansados de soportar derrotas, se les ocurrió decir que no era gaditana. Ella lo tuvo fácil. Los dió la razón: No nací en Cádiz, soy chicuca. No le hizó puta falta, fue la alcaldesa más votada de España pero, de haberlo necesitado, los gaditanos hubieran votado tres veces.Mis paisanos, además, se han impregnado del arte gaditano y lo demuestran, año tras año, en el Carnaval. En el Puerto de Santa María, allí junto al vaporcito, se encuentra la Comparsa de los Majaras dirigida por Antonio Rico, con las letras de Antonio Serrano y la música de Pepito Martinez.




La presentación comienza así:

El Norte un día perdí, pero gané la alegría
por un futuro mejor, tuve que abandonar mi tierra
para buscarme las perras y venirme a Andalucía
y cuando a Cádiz llegué, yo me quedé boquiabierto
no lo podía ni creer, llovia más que en Santander
pero yo aquí vi el "cielo abierto"
Y me monte un almacén, para buscarme la "via"
donde me sacrifiqué, donde este humilde montañés
sobre los sacos se dormia
y, poco a poco, comprendí, que mi futuro estaba aquí
en esta tierra que siento como mia, como mia, como mia
Y aquí me tienen despachando a medio Cádiz
regateándole el peso a la marías
haciendo cuentas y dejándole "fiao"
a quién viene con el hambre aquí "escondía"
Hay una fiera que cuándo viene le temo
porque me chilla, me discute y me porfia
hasta que un día nos callamos
y en tres meses nos casamos para el resto de la "Vía"
que bién le ha ido al montañés
ahora tengo dos chicucos que han nacido en la bahía

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Como antes decía, las calles del centro de Cádíz son calles de chicucos. Fermín Salvochea, Isabel la Católica, son algunas de las que albergaron comercios regentados por cántabros. La papelería Mio Cid, el Bar Caminito, la mantequeria San Carlos, son hoy vestigios de aquella época en unas calles que sus vecinos querrian estuvieran mas controladas de lo que lo están. Los resultados de la movida y el botellón empañan gran parte del sabor a viejo que el que fuera alcalde republicano y la reina que financió el descubrimiento de América, le daban a la antigua Gades.


Disfruten, para terminar, del popurrit de 2009 en directo desde el Teatro Falla de Cádiz donde el arte de la música carnavalera se entremezcla con los aires montañeses.






YO EMPIEZO A TRABAJÁ

Y empiezo a "trabajá" desde muy temprano
y hasta que dan las diez, ninguno nos vamos
por eso mismo el sol nunca me broncea
pero tú, no te vea, lo que me ahorro con la Nivea

Soy así, soy de Santander y es que se me nota
porque tengo la cara más blanca que las pijotas
aparte de eso de no tener muy buenos colores
la cara esta que tengo así, señoras y señores,
porque yo estaba en los camerinos
y me han "trincao"

ESTRIBILLO

Si confias y te fías de mí, lo mismo que en tí yo confiio
no te vas a quedar sin comer, un buen puchero con "tos" sus avíos
y si tarda en pagar la Bazán
y no tienes "pal" pan te lo presto del mio
te fio, mi Caí, te fio







Para Lourdes y Fernando