COLONOS

Tras la sesión plenaria donde se debatieron los primeros cien días de gobierno municipal, debo confesar que a mí me han parecido cien años por el aburrimiento, el representante de los colonos afectados por la herencia Nadal le dijo al ínclito aquello tan esteponero de: ¿Y de lo nuestro que? El ínclito, que en su mesa tiene dos montones de papeles, uno en el que están los que el tiempo resolverá por aburrimiento de los reclamantes y otro, donde están los que el tiempo ha resuelto por el citado aburrimiento- su único trabajo consiste, cuando considera que ha pasado el tiempo necesario, en mover los papales de un montón a otro- se mostró sorprendido ante tamaña insistencia y contestó aquello tan suyo : “Precisamente esta misma mañana he pedido que me hagan un informe sobre la situación”. El colono, por supuesto, no cejó en sus pretensiones y los chicos de la prensa preguntaron a nuestro máximo representante quién contestó, sin ruborizarse, que desconocía quién representaba a la propiedad. Nada de esto debe sorprendernos, nuestro alcalde es capaz de más aún. Nuestro alcalde es capaz de exigir que para sentarse con los representantes de los colonos estos deben suavizar y desdecirse de las afirmaciones vertidas en una carta dirigida a él donde se quejan amargamente de la desidia con que se les está tratando y del abandono al que se les está sometiendo. De ahí que, de repente, sea noticia la firma y primeras entregas de cantidades a este colectivo.
Los chicos del PP, por su parte, están hondamente preocupados por el abandono medioambiental en que este equipo de gobierno tiene sometido al pueblo. En relación a las recientes noticias sobre la existencia de canteras ilegales en la zona de Guadalmansa, señalaron su iniciativa en la denuncia del hecho hace más de dieciocho meses, como reflejo de la sensibilidad de mi partido en asuntos que afectan a la salud del hábitat esteponero. Mis amigos de tertulia, con muy mala leche ellos, me cuestionaban si la labor de un grupo político no implica, además de la denuncia pública, el seguimiento de la misma y su elevación a otras instancias supramunicipales, por ejemplo la Delegación Provincial de Medio-Ambiente, con lo que el Seprona hubiera actuado de oficio e impedido que aquellos polvos trajeran estos lodos. En cualquier caso, la existencia de extracciones de áridos ilegales, así como la de construcciones ilegales en los últimos años, debieran haber sido un asunto prioritario para los responsables de hacer cumplir la legalidad urbanística, claro que, a lo mejor, el problema es el nombre de los denunciados o el de sus arrendadores.
La semana nos anuncia, asimismo, que los ciudadanos podremos efectuar gestiones municipales a través de Internet. Debo felicitar a los impulsores de esta medida, acorde con los tiempos en que vivimos, y recordar a nuestro alcalde que, además de utilizar la red para nuestras gestiones municipales, hace ya más de cuatro años que debíamos hacerlo de forma gratuita si atendemos a su promesa electoral de “Internet para todos”, formulada en la campaña de las municipales del 2.003.
Claro que si en algo tan importante como la estructura de Prasa tenemos que seguir el ritmo de Ricky Martin- Un pasito p´alante María, un pasito p´atrás- me parece que la tarifa plana municipal está más cerca de ser el resultado de un encefalograma, que el cumplimiento de una promesa electoral.