EL DIA DESPUES

De la derrota del Partido Popular no pude escribir. Ni pensar, ni reaccionar. No porque yo tenga nada que agradecer a mi partido, salvo la amistad de algunos compañeros, ya que en esto no se debe estar por aspirar a prebendas personales, sino por la constatación de lo que nos espera los próximos cuatro años.
Ustedes ya saben que Zapatero no me inspira la menor confianza, a poco que analicemos los últimos cuatro años mi actitud está más que justificada, por lo tanto hasta que logré salir del trance han pasado un par de días en los que en casa pensaban que estaba atacado por el miserere (antigua forma de cólico).
Un trance, largo, largo, el que nos espera. Si al resto de los ciudadanos españoles la situación económica empieza a ahogarlos, a nosotros nos ha cogido subidos al cadalso. Para más inri, la Costa del Sol en particular y Málaga en general le han dado la espalda a Chaves y lo mismo que el resto de la costa andaluza le han dado la patada a sus pretensiones de convertir el mayor activo económico de Andalucía en otro de sus guetos subvencionados del interior. Craso error. Ante el sectarismo histórico mostrado por el prócer socialista, si no quieres caldo, dos tazas, pagaremos con creces el desplante.
En Estepona difícil lectura tenemos. Si nos atenemos a las manifestaciones del Presidente local, la clave del éxito ha sido el trabajo desarrollado en la campaña. No quiero pensar lo que hubieramos sido capaces de hacer si inauguramos la sede electoral sólo cinco días antes del día de las votaciones en lugar del pasado viernes, con un día de margen.
Pena de trabajo diferido que hace nueve meses nos hubiera dado la alcaldía de Estepona.