A escasas veinticuatro horas de la jornada de reflexión nada está claro. El triunfalismo que los medios afines al Partido Socialista venían manteniendo hasta justo antes del primer debate, después de este y, sobre todo, del segundo a algunos los dedos se le están empezando a hacer huespedes. Ayer les mostraba en mi entrada la manipulación de la encuesta de este segundo debate en la que, por error, cuelgan la información del avance una hora antes de su comienzo.
Hoy, en el Confidencial Digital nos muestran unas reflexiones que están poniendo nerviosos a los chicos de la factoria de Pepiño. De una parte la clara preocupación de los españoles por la economía y el paro y, de otra, la poca lealtad de voto de buena parte de los votantes socialistas:

1.- Según revelan esos estudios sociológicos internos, las preocupaciones principales de los ciudadanos son, con muchísima diferencia, la economía y el paro. Algo que reflejan más de la mitad de los españoles. Y son dos cuestiones que castigan al PSOE: los votantes van a ir a las urnas con esos temas en la cabeza. Además, el 85 por ciento reconoce que la economía está ahora “igual o peor que antes”, mientras que sólo el 38 por ciento se declara satisfecha de cómo va el país en esta materia.
2.- Intranquiliza también el dato del recuerdo de voto. Los estudios manejados reflejan que se da una diferencia de unos 15 puntos a favor del PP, entre los que dicen que votaron al PSOE en 2004 y ahora responden que le van a votar, y los que lo hicieron al PP y ahora declaran que volverán a votarles. Es decir, que existe un alto porcentaje de voto oculto del PSOE que no se ha definido en los sondeos oficiales, y que, si el 9-M les abandona, pondrá difíciles las cosas al Gobierno y a su partido.
Eso espero, al menos.
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