
Quienes me conocen y han sufrido conmigo dentro del Partido Popular la falta de democracia interna saben que siempre me ha caido especialmente bien Ruiz Gallardón. De alguna manera porque representaba esa conciencia crítica que es necesaria para el crecimiento de cualquier entidad viva. Por el contrario, Esperanza Aguirre, no representa en si misma nada que tenga que ver con mi visión de la sociedad, más allá de su capacidad para llegar a los ciudadanos, ese activo que tienen muy pocos y algunos no aprovechan.
Hoy, visto lo visto, como siempre, voy a tomar el camino equivocado en política. Voy a seguir pensando lo mismo de Esperanza Aguirre, no ha mostrado cambio alguno en relación con su trayectoria habitual, pero me desmarco de la línea, interesada, voluble y continuista de Gallardón cuyas tesis no es que coincidan con las de Rajoy, sino que son las que hoy le interesan para una futura sucesión. No te confies Mariano, tiene el cuchillo en su mano.
Habla Gallardón, como José L. Moreno, a través de su RocKefeller particular, Manuel Cobo, aquel que se presentó al congreso de Madrid y hubo de retirarse al obtener unicamente ocho de setenta y seis compromisarios, de Esperanza como una "candidata indecisa". Lo dice, precisamente, quién dijo retirarse de la política hace sólo dos meses.
Habla Gallardón de "la batalla de las ideas" pero esa, con la que estoy de acuerdo, solo puede hacerse en un Congreso Nacional libre, donde haya candidaturas que no puedan ser rechazadas por no presentar los avales necesarios, avales que son en este Partido, no de los militantes, sino de los órganos de dirección que disponen de ellos a su antojo a través de la inexistencia de democracia en las agrupaciones locales.
Yo quiero la victoria del Partido Popular y la existencia de una Ejecutiva Nacional fuerte que represente mayoritariamente a los militantes y los más de diez millones de votantes del Partido Popular.
Si, es cierto, todavía creo en la utopía.
4 comentarios:
Eso tiene toa la pinta de síndrome de Estocolmo. ¡Que te expulsó esa gente!. A mi, por ejemplo, me preocupa el futuro de la izquierda en mi país. Pero el futuro de Izquierda Unida me la trae al pairo ...
Vamos a ver Gerardo:
De la presunta expulsión sabes tu más que yo, debe ser que crees que un partido democrático puede hacer eso, así, de repente, sin escucharte, sin un expediente, vamos como en tus paraisos de Cuba, Venezuela etc.
Es, simplemente, que al dejar de importarme la organización como tal por lo que digo en el blog, tengo mucha más libertad porque no me censuro para evitar males mayores como hacía en otro tiempo. !!Coño!! si no son capaces de callarse ellos y se tiran a deguello, con muchos menos motivos yo.
En una cosa si que coincidimos, a mi también me importa un bledo el futuro de Izquierda Hundida.
Estás con el Estocolmo, que lo sepas. En los partidos democráticos como el tuyo y el que era mío las expulsiones se hacen, y luego, si les apetece, te abren expediente, te escuchan y todo eso. Vamos, que estás más fuera que Hernández Mancha.
PD. Anda, anda, que coincidimos en más cosas ...
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