CABALLO GANADOR

Publicado en Estepona Información 24 de MAYO DE 2.008

Miren ustedes que uno presume de buena relación con el editor de estas páginas, pues nada, ni por esas, toma uno postura por María San Gil y sin comentarle ni mijita, le plantan una entrevista a toda página con el líder suplente local, en ausencia permanente del titular, en la que te viene a decir que, otra vez, te has vuelto a equivocar, que el caballo ganador es Mariano y que nada de lo dicho los últimos cuatro años, es cierto. María no es referente de nada. María es una anécdota en la trayectoria centro-reformista de un partido, de clara vocación nacional-ista, formado por más de diez millones de equivocados que escuchamos una cosa cuando nos querían decir otra.

A pesar de todo, a la hora de escribir estas letras, jueves, se está produciendo en mi partido un movimiento tendente a intentar retomar la cordura. En Madrid, vía mensajes de móvil, se está convocando una concentración en apoyo de la nueva Agustina de Aragón. El nada sospechoso Ortega Lara, más de quinientos días en un zulo, anuncia su baja como militante del Partido Popular, la madre de Gregorio Ordóñez pide, por favor, que le pidan disculpas a María. Como pueden ver ustedes el tejido social va por un lado y quienes descansan a la sombra, son sus palabras, se mantienen en sus trece a la espera del maná.

Han bastado unos pocos días para constatar que la pelea en el Partido va a ser algo más que una pelea de gallos. Entre otras cosas porque uno de los contendientes dista mucho de ir cargado de espolones y porque, lejos de limitarse a una guerra intestina entre distintas facciones de un partido, son enormes los intereses económicos y mediáticos que han saltado a la arena. Mucho me temo, reitero lo apuntado la pasada semana, que va a haber sorpresas en el desenlace final de esta historia. Creo que quienes hoy tienen el poder dentro del partido están jugando con fuego y no conocen en absoluto la base social que conforma su electorado. Electores que no soportan se trate a quienes han sido arietes contra Zapatero como si de apestados se tratara y se premie a los expertos en facturas multimillonarias y zancadillas su permanente desmembramiento del partido. Mientras, Rosa Díez se frota las manos y espera las elecciones europeas del próximo año para hacerse con los mejores muebles del naufragio en la seguridad de que, su discurso en el debate de investidura lo atestigua, su mensaje tendrá fácil calado entre los represaliados por la defensa de las posiciones que han sido bandera del PP los veinte últimos años.

Lo bueno de haber perdido una vez en política es que te hace las carnes duras. Aprendes a sobrevivir alrededor de los caimanes y consigues que tu carne no les sea lo más agradable, amén de que, en último caso, ya nos encargaremos les resulte difícil de digerir. Saben, de una parte que, por la edad, tu carne es dura y, por otra, que las ruedas de molino no son obleas con las que tienes costumbre de comulgar. Por lo tanto, sin ningún recato, se tragan tus últimas líneas como sapos obligados de digerir y acuden a la cita con los maitines cargados de papeles que son incapaces de asimilar, tratando de buscar la luz que los ilumine que, no faltaba más, esa mañana había sufrido un cortocircuito.

Creánme si les digo que mi último articulo en esta casa ha sido el que más satisfacciones me ha dado en cuanto a mi relación con los lectores. No vayan a pensar ustedes que por la provocación que encarnaba y el juego de palabras a costa del gilismo utilizado, que no es el caso, sino por la constatación de lo acertado del mensaje a través de decenas de vecinos quienes, quedándose en los dos primeros párrafos, reconocían sin ambages el trabajo realizado por un montón de personas, trabajo silencioso que llevó a nuestra ciudad a los más altos índices de reconocimiento, al margen de los errores de quienes hicieron que florecieran las sombras donde debieron prevalecer las luces.

1 comentarios:

Gerardo Galán dijo...

O sea, que los cerebros del PP local, con Marianín, y los cerebros de la derecha local con la San Gil. ¿Quién irá con los españoles?.