CONTRACORRIENTE

Cada día que pasa es más insostenible la situación del gobierno de Estepona. A las circunstancias ya conocidas, se une la increible mezquindaz de quienes, a nuestra costa, siguen percibiendo sus salarios como personal de confianza de quién si tuvo, al menos, el respeto a los ciudadanos de dimitir ante su situación judicial.

Son más de veinte las personas que fueron nombradas personal de confianza del dimitido Alcalde. Todas ellas, a fecha de hoy, permanecen en sus cargos sin mostrar el menor atisbo de responsabilidad política y respeto a los ciudadanos. Curiosamente, en un pueblo que ya parece acostumbrado a todo, no se ha alzado una sola voz clamando por esta atrocidad política, siquiera de los representantes de la "leal oposición".

Algunos dirán que son solo veinte días los que permanezca esta situación pero, precisamente por eso, su dimisión era eticamente obligada, cuando no su cese por parte del mismo que cesó a los concejales imputados y en libertad bajo fianza. Doble condición que separara al cesado del cesante ya que en caso contrario hubiera debido cesarse a si mismo y a quién lo empujó.

He leído que el nuevo concejal de personal ha suspendido los contratos de los dos trabajadores municipales en prisión, medida de discutible consistencia legal al ser esta provisional y carecer de sentencia firme pero, por el contrario, nada dice de la situación del personal de confianza ilegitimamente sostenidos en sus cargos.

No he oido tampoco ninguna actuación en relación a la trabajadora municipal liberada por el PSOE para ejercer su labor de oposición en Marbella cobrando sin asistir del Ayuntamiento de Estepona, es decir pagada por todos los ciudadanos, sin asistir a su puesto de trabajo. Debe ser cosa de familia. Su marido forma parte del personal de confianza que no se va ni con agua hirviendo.