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Publicado en Estepona Información 25.10.2008

“Quién a si mismo se capa, buenos cojones se deja”. Esta es una frase que utiliza habitualmente un buen amigo para referirse a la escasa capacidad de autocrítica que unos y otros demostramos en nuestro quehacer diario. Eso, que sería humano en cualquier situación, se torna patético cuando uno tiene responsabilidades públicas y le toca dar cuenta de las mismas ante la opinión de los ciudadanos a los que representa. El Debate del pasado miércoles en la televisión pública, en la que cuatro miembros del Equipo de Gobierno, Alcalde incluido, y un miembro de la Plataforma vecinal, debaten sobre los primeros cien días del mismo, representa el fracaso más absoluto de la política de comunicación de este gobierno, además de un ataque frontal a las mas elementales normas de respeto al votante, a la oposición – caso de existir ésta- y, a la propia institución a la que se dice representar. Permitan que, en consecuencia, obvie el contenido del debate en si mismo que, en matemáticas modernas, se hubiera definido como un “conjunto vacío”. Quiero referirme también a la nueva imagen de la televisión local, el título iba por ahí, más moderna, más cuidada, más actual. Una pena la decisión de la Junta en relación con Estival TV ya que, viendo como sirve de referencia e imagen a las demás, resulta evidente que su continuidad debiera estar, no sólo garantizada, sino, incluso, subvencionada.

            La noticia más importante de la semana en mi opinión  es el anuncio del Alcalde del cese de los trabajos para la revisión del Plan General de Ordenación Urbana. Éramos  muchos quienes opinábamos que la adaptación a la LOUA del ya existente era la solución para dinamizar la economía, a un menor coste y de forma inmediata. La primitiva idea era ilusionante. Equipos de funcionarios de la casa, seleccionados entre quienes no despiertan dudas y, además, conocen de sobra el percal, gente ilusionada con un cambio, una apuesta de futuro libre de compromisos y herencias contaminadas. Claro que, a lo que parece, es imposible que algunos se nieguen a seguir manejando en la sombra. Antes incluso de que el Alcalde hiciera pública su intención, los teléfonos ardían porque ya circulaba un informe del máximo responsable jurídico sobre un borrador de intenciones. Sí, lo que oyen, un informe sobre un borrador sin firma, en el que, curiosamente, en su punto cinco, se planteaba sacar a concurso público los citados trabajos. Es decir que, al plantearse que ningún imputado participase de la redacción del mismo, se escapaba del control de determinados personajes el futuro del urbanismo de nuestra ciudad y, perdónenme que una vez más sea mal pensado, lo que considero más importante, se escapaba el control del pasado y, por consiguiente, del cumplimiento de los compromisos adquiridos, escritos o no.

            Es de suponer, en relación a lo aquí apuntado, que parte del Equipo de Gobierno se plante e impida el intento de socavar la autoridad del máximo responsable y los compromisos públicos adquiridos reiteradamente. Los adquiridos con los ciudadanos, los adquiridos con los funcionarios municipales y los adquiridos con sus socios de gobierno. Me hubiera gustado ver la cara de mi amiga la optimista compulsiva, encargada de la formación de los equipos, cuando le pusieron por delante el informe de marras, especialmente al llegar al punto cinco. Un poema, imagino.

            Saben ustedes que siempre he apostado por la marina de Guadalmansa, viejo proyecto que, me temo, me quedaré sin ver hecho realidad. A cambio, la ineficacia de este gobierno y su falta de responsabilidad, van a conseguir que se inunde la parcela del puerto por no alegar a las exigencias de la Demarcación de Costas. Las consecuencias son claras, devolución de los más de quinientos millones anticipados por la constructora Marín-Hillinguer al anterior Equipo de Gobierno y compensación multimillonaria por la pérdida de los derechos de edificabilidad. La ruina, vamos.