COMO EL LITRI EN HUELVA




            Yo no se lo que les pasará a ustedes la cabeza en su condición de padres pero supongo que, al igual que a mí, una de sus mayores preocupaciones será la educación. Probablemente sea por herencia ya que es lo que desde chico viví en mi casa. Una de las mayores satisfacciones como padres ha de ser, sin la menor duda,  acudir a la graduación de nuestros hijos o, al menos, yo así es como lo vivo desde la postura de un padre con hijos en la Universidad. Claro que puedo estar equivocado si nos atenemos a lo que se está viviendo hoy en el Ayuntamiento de Estepona. Recordarán que hace unos pocos meses, dos a lo sumo, aventuré una teoría según la cual el Alcalde Valadez podría plantearse un pacto con CCOO para hacerse definitivamente con el poder en el partido socialista esteponero. Poder político a cambio de poder sindical. Evidentemente esta mesa cojeaba de la pata del sindicato mayoritario entre los funcionarios lo que se solucionaría con una mesa única que superara la mayoría de estos. Lo que de ninguna manera esperaba, he de confesarlo, era la intransigencia y vehemencia frente a determinados trabajadores, no de la cuerda de los CCOO, que se manifiestan en una retirada de parte de sus haberes, consolidados por antigüedad y periodicidad, en una vendetta absurda que sólo puede traer consecuencias negativas para el conjunto de los ciudadanos. Porque, al hecho evidente de que al Ayuntamiento le supone el chocolate del loro en su presupuesto, se añade que se trata de parte de los profesionales más cualificados de la plantilla municipal. Es por esto por lo que me cuestionaba el asunto de lo que es más importante de cara a la capacitación de nuestros hijos. A lo mejor, a lo peor, es más interesante mandarlos al gimnasio a hacer flexiones, que fomentar su capacidad intelectual y sus ganas de preguntarse el porqué de las cosas.

            Me pedía un vecino que me mojara y contara en voz alta la situación de la policía local. Tengo que decir que desconozco el problema en profundidad, lo que si tengo claro es que este cuerpo no es el que hasta hace bien poco gozaba de enorme prestigio en la provincia. Dije en estas mismas páginas lo que pensaba de la conducta de los bomberos en el asunto de su huelga y voy a hacer lo mismo, insisto, sin conocer el tema en profundidad, sobre la conducta de los policías locales. No es de recibo, esté o no la razón de su parte, que sean los ciudadanos, sumido en una profunda crisis el país, quienes sean los paganos de las reivindicaciones de los agentes. No son de recibo las faltas de respeto a los vecinos, las amenazas y los aspavientos. No es de recibo el asalto a los vehículos mal aparcados atravesando en dirección contraria la avenida de España como si se estuviera tratando con terroristas. No es de recibo dirigirse al ciudadano con media cara tapada por mucho que en la moto haga frío. Estos y otros muchos detalles que los ciudadanos cuentan en voz alta, le quitan la legitimidad a cualquier reivindicación, sobre todo tratándose de un cuerpo especializado cuyo primer objetivo debe ser proteger al ciudadano, nunca reprimirlo, eso queda para los delincuentes. Por otra parte, el brutal absentismo en forma de bajas laborales del pasado fin de semana debiera hacer reflexionar a los políticos sobre el límite de las reivindicaciones. Un pueblo fuerte requiere de un gobierno fuerte y a toda acción le corresponde una reacción de la misma proporción y fuerza, pero de sentido contrario. No quiero pensar en  la responsabilidad en que se incurriría, policías, mandos y políticos, de suceder una desgracia que no pudiera evitarse por mor de la falta de efectivos causada por bajas laborales que pudieran achacarse a presión sindical. Bueno, o lo que sea eso.

            En relación al asunto del concejal Galeote, que quieren que les cuente. Uno, que tiene todo el derecho a mantener su acta en tanto en cuanto no acudiera a su cita con el juez y conozca de primera mano y voz su situación. Dos, que caso de serle retirada la imputación, hace bien en mantener su acta. Y tres, que todo esto debió pensarlo antes de quedar como el Litri en Huelva.