DE VIÑA DEL MAR A LA PLAZA DE LA REVOLUCION

Uno de los mayores temores de la pijiprogresia militante es la hemeroteca. Como dice un amigo, nadie resiste a una intervención telefónica, ya sea por motivos políticos, económicos o de faldas, pantalones en el caso de ellas, y, difícilmente, a la exhibición de los particulares cadáveres que se pudren en cada armario.

De alguno de esos cadáveres trata este comentario. Como nos cuenta BOKABULARIO, las palabras de Bosé, textualmente, al parecer, han sido:

" Para unos se abre una puerta de paz en Cuba, para otros se acaba el negocio"



Bosé en el Chile de Pinochet

Lo que no está muy claro es a que tipo de negocio se refería. Quizá al sexual, en este caso homosexual, que algunos famosos artistas españoles disfrutaban y causó un enorme escándalo hace ya algunos años. Negocio, curiosamente, promovido y protegido por el propio gobierno cubano, generador de dólares fáciles. O, tal vez, al negocio de la ideologia.

Porque, qué duda cabe, no puede hablarse, sino de negocio, cuando se producen semejantes cambios en la mente y personalidad de los artistas. El hijo del torero que cazaba con Franco no tenía demasiado claro en aquellos años, con Thatcher y Reagan en los gobiernos occidentales más poderosos, lo que habría de ser su futuro. Fue el año del tejerazo, 1.981, cuando Miguel aterrizó en el Chile de Pinochet. No se le oyó, cosas de la juventud, protestar contra la dictadura ni recordar a Allende.

Ahora, casi treinta años más tarde y con la nevera llena gracias a la SGAE, pregones varios en Ayuntamientos de corte zapateril y conciertos subvencionados, viene a pedirnos limosna para el Domund castrista.

A mamarla, Miguelito.