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Si el futuro de Estepona pasa por confiar en las palabras del consejero de Gobernación de la Junta de Andalucía, Luis Pizarro, aviados vamos. Mientras con la boca grande acusa al PP de todos los males económicos esteponeros por no aprobar un préstamo que hubiera conducido a la miseria absoluta al Ayuntamiento, préstamo cuyos intereses ya estarían impagados a esta fecha, con la otra le dice a Valadez que ya le ha dado bastante dinero de los fondos autonómicos y que se conforme con las limosnas que le han permitido pagar la luz y la gasolina de los vehículos municipales y no mande más mendigos a pedir. A Pizarro, como no podía ser de otra manera, le preocupan más otros caladeros de votos, Barbate es un buen ejemplo, cuyo alcalde ha declarado en quiebra el Ayuntamiento, o Sevilla que ha sido intervenido por la Junta en materia económica y presupuestaria. Larga cambiada se llama el lance taurino.
Si la situación de la pasada semana era grave, la presente no le arrienda la ganancia. La exclusiva de Diario Sol con el asunto de las nóminas - ni el mismísimo Barrientos osó nunca usar los depósitos de Patrimonio de Suelo - hacen que las más pesimistas expectativas se vean superadas. Complejo ha de ser el estado de las arcas municipales para dar este paso que sitúa al alcalde al borde de la Ley, sino un paso más allá. Lo verdaderamente sorprendente es la torpeza del ejército de Pancho Villa que le rodea. Al día siguiente de aparecer en toda la prensa provincial la presunta ilegalidad, el fuego amigo en forma de comisión informativa de urbanismo pone de manifiesto que el convenio saudí ni siquiera estaba debidamente aprobado. Habrá que esperar al debate plenario, vaya a ser que no consigan levantar las alegaciones y haya de devolverse el dinero. Dos millones de euros en este momento suponen un mes de nómina de ochocientos trabajadores. Casi nada.
Importantísima y compleja la tarea de los habilitados nacionales que deben estar alerta de éstos y otros asuntos para evitar, hasta ahí llegan, la auto-inmolación. No quiero ser agorero, me gustaría ver la botella medio llena, pero no lo consigo. Otro ejemplo es la vía de escape basada en la privatización del alcantarillado, panacea a la que aspira la, según El Avance, elegante y reflexiva concejal de la cosa económica. Buen intento si no fuera porque mantiene abierta una mesa de contratación desde hace más de un año, sin resolver ni hacia adelante ni hacia atrás y con unas empresas concurrentes a las que no se les ha ofrecido ningún tipo de explicación en un sentido u otro. Debieran explicarle a la concejal cual es la hoja de ruta correcta. Primero cerrar el concurso abierto declarándolo nulo por los motivos de todos conocidos, la paralización por la Astapa es un saco sin fondo. Después, analizar el informe jurídico empezando por el final. Justo allá donde dice que para modificar sustancialmente las condiciones de una concesión es necesario un informe preceptivo del Consejo Consultivo de la Junta de Andalucía. Esto último puede sustituirse por la lectura del informe de intervención que, con toda probabilidad, deberá decir lo mismo. Por último, aprender que cuando las palabras no vayan a mejorar el silencio es mejor permanecer callado.
Las declaraciones efectuadas por la concejal en relación a la posible percepción de cuatro millones de euros como canon de la nueva concesión no son sino un brindis al sol. A lo mejor cree de verdad la señora Bernal que el dinero sale de la cuenta de resultados de la futura concesionaria y se recibe a fondo perdido. Alguien deberá decirle, más pronto que tarde, que las aportaciones son directamente proporcionales a la subida de las tarifas y que los cuatro millones los pagaremos entre todos los esteponeros en el recibo del agua. Que será ella la que ponga su cara cuando se emitan los correspondientes recibos y a ella a la que se la partirán.
Si lo sabe y nos engaña, malo. Si no lo sabe, peor.
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