LA SOLITARIA MUERTE DE HATTIE CARROLL

Hoy es 17 de Febrero, casi dieciocho. Esta tarde hablé con mi hija y le dije que no olvidara este día. Este puto día que, seguro, algún día recordaremos y nos reiremos de él. Ella me entiende.
Así, como por casualidad, en esta vida nada es casual, me vino a la memoría una canción. Sólo los iniciados la conocerán. Su título, "The lonesome death of Hattie Carroll", de Bob Dylan. Si, ya se que todos conoceis a Dylan pero pocos conoceis la canción y muchos menos la historia.







Hattie Carroll era una camarera de color. De color negro, por supuesto, si no sería sólo una camarera. Trabajaba en Baltimore, en el Hotel Emerson y estaba a punto de cerrar. Un cliente, William Deveraux Zantzinger, exigió la última copa. Hattie debió tardar en servirla y el cliente, un terrateniente de la zona de sólo 24 años, la emprendió a golpes con ella ayudándose de su bastón.

Una hemorragia cerebral provocada por los golpes, junto a sus problemas de salud acabaron con su vida a las pocas horas. Era madre de diez hijos. El asesino, hijo de un constructor de Washington D.F., fue detenido a las pocas horas del suceso. Su estado de embriaguez y su falta de memoria sobre el suceso, además de sus relaciones en el ámbito político, hicieron que fuera condenado únicamente a seis meses de cárcel y 500 dolares de multa. A los tres meses estaba en la calle por buen comportamiento. A los tres meses de ingresar en prisión porque antes de encerrarlo esperaron a la recogida de la cosecha de tabaco de sus plantaciones de Louisiana.

Los hechos ocurrieron en 1.961. De la tragedia, Dylan hizo poesía. De la poesía, música.

Para tí, Alex.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y a tí te llaman fascista?

Ole tus cojones y tu sensibilidad. Me ha encantado. Tu hija debe ser grande.
Un beso

Jobove - Reus dijo...

dando un vistazo a tu magnifico blog
saludos desde Reus