Al borde de un ataque de nervios



Ni Almodóvar, cuando en lo que a mí me sigue pareciendo su mejor obra, planteaba los intrincados recovecos del alma femenina, ha sido capaz de plasmar una situación de alteración y nerviosismo como la que recorre la espina dorsal del socialismo andaluz en lo que se refiere a Estepona. El portavoz de este partido, Mario Jiménez, cual neurasténica al borde del ataque, se ha lanzado a la yugular de quien, a fecha de hoy, ni siquiera está confirmado oficialmente como candidato a la alcaldía por el Partido Popular. La razón, ejercer su profesión y atender a los clientes que se acercaban por su despacho. El delito, según la citada lumbrera, ser el Notario del GIL. No el del PSOE que en la persona de Isabel García Marcos firmó la moción de censura que acabó con la etapa de Julián Muñoz en la alcaldía, ni el del PA que, con el huido Carlos Fernández, lo secundó. Claro, eso no sería noticia. Ni la continuación cuando todos ellos desfilaron, recuerda Mario, con Isabel García Marcos -portavoz y diputada socialista- por los juzgados y terminaron donde terminaron. Ahí, Mario, ahí: en los platós de Sálvame, previo paso por Alhaurín  de la Torre.
Se le olvida a Mario Jiménez que su alcalde, David Valadez, y algunos de sus hoy compañeros de gobierno formaron también parte de la corporación esteponera, la gobernaron de hecho entre 2003 y 2007, en coalición con el Partido Estepona, cuyos miembros procedían también del GIL, y sacaron de la alcaldía a la popular Rosa Díaz cuyo único demérito fue ganar las elecciones. Con el resultado, de momento, que todos conocemos. En este gobierno, por cierto, su delfín esteponero tuvo la  responsabilidad de la delegación en materia de personal, con la brillantez que hemos tenido ocasión de comprobar en los distintos informes de auditoria. Y no me sirve, Mario, que me digas que dimitió de sus cargos en las sociedades, tarde y mal, entre otras cosas porque cuando uno dimite se va a su casa, no dimite de lo que interesa y continúa llevándose los tres mil leuros de vellón por hacer mutis por el foro. Pero poco, eso sí.
Tampoco recuerda Mario, juventud divino tesoro, los escarceos de su partido con Jesús Gil. Su conocida relación de amistad con Gaspar Zarrías y algún otro alto cargo de su partido. Si repasas la hemeroteca, verás, Mario, como puso de manifiesto el ya fallecido alcalde marbellí vuestra proverbial hipocresía y tremendo cinismo cuando le lanzasteis en su contra vuestra acorazada mediática. Y os puso las copias de los cheques encima de la mesa. Y os sacó los colores. Porque a la hora de medir la talla del cohecho, tanto da ser donante como receptor. Y puso de manifiesto vuestra múltiple vara de medir. La vieja Ley del embudo socialista: ancho para vosotros, estrecho para los demás.
Verás Mario. A los ciudadanos esteponeros lo que les ha quedado de esto es que os habéis lanzado a la yugular de quién ha tenido la cintura política de ponerse a disposición de todos y cada uno de ellos para defender sus campos. A diferencia de vosotros que estáis orgullosos de que el derribo-express agilizará los trámites en más de once meses. Eso y el "canguelo" que os ha empezado a entrar no sólo por constatar que hay un enemigo fuerte enfrente si no, y ahí es donde duele, ante la imposibilidad de presentar a los ciudadanos un mínimo logro en vuestra gestión que no sea achacable a terceras administraciones. E, incluso en este caso, con toda una serie de irregularidades administrativas y jurídicas que no resistirían la prueba del carbono 14. Imagínense la del algodón.
Lo que subyace también Mario es una tremenda sensación de desconcierto y desconocimiento ante un curriculum profesional. Porque no me negarás que, de cara al ciudadano medio, las comparaciones entre uno y otro, te puedes sumar tú al carro si quieres, dos por el precio de uno, son odiosas. Yo no quiero profundizar en  las diferencias pero el problema, para vosotros, es que los ciudadanos lo están haciendo. Y estáis empezando a percibir la sensación de que en la mente del vecino está  anidando la certeza de que si esta ciudad tiene futuro, desde luego, no pasa por vuestras siglas.