La visita de Zarrias a nuestra ciudad el pasado miércoles, sus declaraciones públicas, perdonen que entre al trapo de forma tan directa, me parecen un ejercicio de cinismo de un calibre sólo comparable al expediente de integración de los trabajadores que pretende colarnos Valadez. Debo decir que desde un punto de vista político el personaje es digno de admiración. Nadie como él ha sido capaz de manejar un partido, dirigir en la sombra una provincia, una comunidad y las ejecutivas provinciales y regionales socialistas respectivas, hasta su salida para acompañar a Manuel Chaves en la aventura madrileña. Pero este mismo personaje, centrocampista de garra y pelea en sus tiempos de futbolista, es el mismo, si la memoria no es infiel, que recibió a un conocido empresario del sector turístico y le aconsejó y dio luz verde para la compra de los terrenos de la herencia Nadal.
Don Gaspar, que nunca ejerció de rey mago en Estepona, también era el máximo responsable del gobierno andaluz mientras en Marbella y Estepona saltaba en pedazos el Partido Socialista como consecuencia de las operaciones policiales que desembocaron en las operaciones Malaya y Astapa.
Es por esto que mientras leía los titulares no dejaba de pensar en los hechos que habían sucedido bajo su mando, las continuas denuncias que los medios de comunicación habían venido anticipando o lo que en este mismo instante vivimos en nuestra ciudad con el uso ilegal de fondos -entre otros muchos asuntos - para el pago de nóminas, sin que el todopoderoso prócer socialista haya movido un dedo para evitarlo. Viene, sin embargo, como responsable de la Secretaría de Cooperación Territorial, a comprobar in situ como se han dilapidado los fondos aportados en el Plan E en obras innecesarias, con un claro fraude en la creación de empleo tal como ha denunciado este mismo medio. Y lo hace, además, arremetiendo contra la oposición acusándoles de rechazar un préstamo que nunca se hubiera podido firmar, amparado en una liquidación presupuestaria falsa con más de 20 millones de déficit sin contabilizar y con unas expectativas de ingresos en materia urbanística de 60 millones de euros de los que se ha recaudado únicamente un millón. Es cierto, en eso si tiene razón, que la gente no es tonta. Desde luego que no. Usted mejor que nadie sabe que se puede engañar a uno muchas veces y a muchos una vez pero es imposible engañar a todos siempre. Ustedes llevan en ello más de veinte años y pretenden seguir. Algunos, pretendemos que esto se acabe. Que la Andalucía en la que vivimos alcance el tren de las regiones más desarrolladas en las que, fíjese que curioso, no gobierna su partido. Y en la única que lo hace - Cataluña - lo hacen aliados con independentistas porque en el País Vasco han tenido la habilidad, veremos lo que le dura al señor López, de elegir un socio leal. Le decía que algunos pretendemos que esto acabe y vamos a empezar por hacerlo desde nuestro ámbito más cercano, desde el espacio de que dispongamos, éste en mi caso y el boca a boca entre periódico y periódico.
Esta semana el PP, además de anunciar la presentación de su denuncia por el uso de los fondos del Patrimonio del Suelo, ha tendido la mano para solucionar los problemas económicos. Claro está que previamente le ha solicitado conocer de primera mano y sin ocultismos el estado real de las cuentas - nadie se sienta encima de un polvorín sin saber lo que tiene debajo - y Valadez ha salido por peteneras recordando que desde 2008 les viene ofreciendo incorporarse a su gobierno. Es tanto su afán por mantenerse en el sillón que no termina de entender que haya otros que prefieran ocupar el lugar en que las urnas les situaron y espera a que sean éstas mismas las que dicten sentencia en Mayo próximo. Porque el señor alcalde no entiende la política sin gobernar. Por eso rechaza la mano tendida, porque pretende dilatar el conocimiento del agujero económico en que está enterrando una ciudad. Por eso reclama ayuda y cuando se la ofrecen la rechaza.
Como la gata Flora. Si se la meten grita, si se la sacan llora.
Como la gata Flora. Si se la meten grita, si se la sacan llora.
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