Si vis pacem...



 ... para bellum. La frase anterior, atribuida erróneamente a Julio César, refleja una actitud claramente imperativa ante unos hechos que inequívocamente habrán de suceder. "Si realmente deseas la paz, prepárate para la guerra" es la traducción literal de la frase que pudo pronunciar el escritor de temas militares Vegecio, allá por el año 50 antes de Cristo.
Viene a la memoria esta reflexión recordando una conversación del jueves pasado, alrededor de unas cervezas bien fresquitas y un plato de adobo en la Lonja de mi amigo Ángel. "Este silencio no es un buen presagio", manifestaba uno de los tertulianos mientras comentábamos las últimas noticias de la actualidad de nuestra ciudad. Una especie de calma chicha, como la que precede en alta mar a una gran tormenta. Es cierto que los dos grandes partidos han comenzado, especialmente el Partido Popular, las hostilidades políticas previas al inicio de la campaña electoral que no se demorará de forma efectiva más allá del próximo mes de Diciembre. Es cierto también que sus adversarios han respondido, tras la llegada del refuerzo invernal, en ámbitos más personales y bajando al terreno del navajeo, a las denuncias de aquellos. Pero, fíjense, decía el anteriormente citado, el bosque suena a silencio. A los momentos previos al ataque del depredador.
Quién es el depredador y quién la presa es algo que todavía está por ver. Si nos atenemos a lo ocurrido en los dos últimos años, las decisiones tomadas contra terceros, los ataques lanzados desde la alcaldía en defensa propia, mejor aún, del sillón que cree propio, ponen de manifiesto que el general está tremendamente sólo en su particular laberinto. O, lo que es peor, muy mal acompañado, muy mal aconsejado, a la intemperie jurídica y política. A pesar de todo, cómo ya ha hecho anteriormente, atacará. Y pondrá de manifiesto la debilidad de su flanco, que no es otro que su inexistente proyecto de futuro y su soledad.
Las acusaciones que se han vertido en las últimas semanas tras el último levantamiento parcial del sumario de Astapa, no ayudan en absoluto a mejorar su credibilidad. La financiación del concierto del grupo musical El Arrebato en la campaña socialista, por la empresa que, a la postre, habría de resultar adjudicataria de la concesión de la basura, es una muestra más de la confusión entre lo privado y lo público que mantiene determinada clase política. No debemos olvidar que la citada adjudicación fue aprobada por una Junta de Gobierno de la que formaba parte el actual alcalde y que de la ilegal campaña electoral fue, como se ha visto a la postre, el principal beneficiado.
De nada vale autoproclamarse azote de infieles o paladín de la legalidad cuando a la primera de cambio es ésta última un escaloncito fácil de saltar. Aún recuerdo a la candidata socialista de Marbella, al brazo armado contra Gil, la defensora de la democracia en un sistema corrupto, Isabel García Marcos ¿les suena? Pues eso.
Mientras redacto estas líneas, llega a mis oídos la firma de un convenio urbanístico que, en palabras del alcalde, supondrá la definitiva puesta en marcha de la universidad en Estepona. En lo que a mi respecta, una vez revisado el BOP en el que se publica, la historia no es más que otro brindis al sol, uno más de los que se vienen efectuando cada cuatro años a escasos meses de unas elecciones.
Yo no se si recuerdan la firma del compromiso alcanzado por el ex-presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, y el entonces alcalde de Estepona, Antonio Barrientos, en las semanas previas a las elecciones autonómicas de 2008. ¿Han vuelto a tener noticia de aquello? ¿Han vuelto a escuchar los cantos de sirena de la universidad pública? Pues yo tampoco. Como no he vuelto a saber nada de aquellos cuatro mil kilos que el señor de los aviones dijo tener a buen recaudo para este fin.
Por eso, por años de espera en vano, por falta de confianza en Valadez, digo, como dijo el apóstol Tomás ante la resurrección de Jesús: ""Si no veo en sus manos la señal de los clavos y meto mi dedo en el lugar de los clavos, y meto mi mano en su costado, no creeré."