15 de Marzo: tabla rasa en la deuda






Hoy, 15 de Marzo, es la fecha tope que el gobierno ha dado a los Ayuntamientos para poner sus cuentas a disposición de la administración central y liquidar la deuda con los proveedores. Una medida arriesgada y algo precipitada si nos atenemos al cajón desastre en el que se van a convertir las relaciones de proveedores que se remitan a Madrid. Me gustaría que leyeran esto en clave nacional y no local con objeto de que no se malinterprete este comentario. Los Ayuntamientos, probablemente la institución más desprestigiada dentro de la administración, han dejado a lo largo de los últimos años una sensación entre la ciudadanía de mala administración, despilfarro, falta de criterio en el gasto y escasa fiscalización. Cuando llega el momento de hacer tabla rasa, nadie está libre de que le asalten las dudas sobre la fórmula a utilizar para liquidar la deuda. Si nos atenemos a las instrucciones recibidas desde el Ministerio de Hacienda, en la relación a remitir cabe todo. Es decir, que lo mismo da el proveedor que ha seguido escrupulosamente lo marcado por la ley para contratar que quién, por su culpa o la de terceros, ha seguido mecanismos paralelos. Resulta igual de exigible la deuda reconocida, consignada y presupuestada que la que se encuentra en los cajones pendiente de reconocer y no ha pasado por la criba de la intervención. Lo mismo quién tiene una sentencia firme a favor que quién se encuentra pleiteando o aún no iniciado el pleito. Y el mismo trato merecen las asumidas por sociedades mercantiles, con libertad para contratar y por tanto exentas de control, que aquellos que han pasado por el filtro de los habilitados nacionales.
Así las cosas, la alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz, anunciaba ayer el pago de 12 millones de euros a proveedores. Una cifra asumible y que con toda seguridad supondrá una alegría para el empresariado marbellí. Estepona, ahora si hablamos en clave local, no bajará de sesenta millones, es decir, cinco veces la deuda de Marbella. Sólo las dos últimas concesionarias de la limpieza alcanzan los cuarenta millones de euros. La pregunta es si seremos capaces de soportarlo, si nuestra economía, tras tomarse las primeras medidas para la recuperación, no va a verse lastrada por una carga imposible de soportar que la aboque a la quiebra.