Ayer
debatíamos en este mismo informativo sobre la oportunidad que, en
opinión de mi contertulio, Javier Robles, perdió Javier Arenas a
rechazar el debate con Griñán. Un encuentro que yo calificaba como
una partida de poker con las cartas marcadas que el candidato popular
hizo muy bien en desdeñar a la vista de la respuesta de los
andaluces al simulacro de debate que finalmente se emitió. El share
obtenido, un 10,1 %, con una audiencia media de 358.000 personas,
significa que no lo vieron ni los enchufados de la Junta. Para que se
hagan una idea, Tele 5 obtuvo en Andalucía un 15,8 % de televidentes
con la emisión de la segunda parte de Mi Gitana. Es decir, que el
romance entre Julián y la Pantoja, supero en nuestra Comunidad al
debate por más del 63% de los televidentes. Para que se hagan idea
de lo que digo, el debate entre Chaves y Arenas, en 2008, fue seguido
por 1,7 millones de espectadores, es decir cuatro veces más que el
celebrado entre Griñán y Valderas.
Mantengo
lo dicho. Arenas hizo muy bien en no plegarse a las exigencias de
quienes han venido manipulando la realidad los últimos treinta años.
Y este debe ser el principio de otras muchas actuaciones si el
Partido Popular llega a gobernar en Andalucía. Hay que acabar con el
derroche en Canal Sur e investigar y actuar legalmente contra quienes
están detrás de las productoras que se llevan a manos llenas el
dinero de todos quienes pagamos nuestros impuestos en Andalucía. Hay
que terminar con el cementerio de elefantes de estrellas venidas a
menos que nos cuestan como si de Johnnie Carson se tratara y comenzar
a financiar programas de calidad que den una oportunidad a los
jóvenes andaluces que no encuentran salida laboral entre tanto
dinosaurio. Canal Sur no puede ser el escaparate de estereotipos del
andaluz folclórico e inculto sino una televisión pública que
eduque y entretenga desde la cultura y la calidad.
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