Anoche, después de escribir la entrada, le daba vueltas a las cosas que nos depara la paciencia y, sobre todo, la memoria, la llamada inteligencia de los tontos.
Memoria que nos trae a la mente los comentarios grandilocuentes del ínclito Alcalde de Estepona sobre las numerosas iregularidades urbanísticas cometidas en el hotel, la invasión de la delimitación marítimo-terrestre como les comentaba ayer, los más de dos mil metros de construcción no legal, alegal, o ilegal que ahora van a ser compensados con edificabilidad en primera línea de playa y, especialmente, aquella denuncia en la más pura línea Bartolín, no confundir la semejanza en el nombre, de acudir a la fiscalía anticorrupción para denunciar la existencia- tengo en mi poder, decía- de una cinta en la que, presumiblemente, quedaría al descubierto un pago ilegal de quinientos millones de las antiguas pesetas, no sabemos ni el donante ni el receptor, pero quedaba clara la existencia de una red de corrupción.
Aquellos presuntos implicados en la corrupción son, hoy, por arte de no sabemos que circunstancias, terceros de buena fe que deben ser indemnizados convenientemente por las demoras sufridas como consecuencia de la política errática del Alcalde Barrientos.
La oposición silenciosa en el ambito de la discreción, mientras, solicita un impass para determinar su voto en el próximo Pleno que dará carta de naturaleza a este enorme pelotazo. Las malas lenguas, que las hay siempre, se preguntan el verdadero motivo de la espera, o su importe.
Mientras, el zorro plateado, se mantiene espectante a ver que parte de la tarta puede rascar, siempre, por supuesto, al amparo de la más escrupulosa y progresista legalidad.
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