MARIA ANTONIA




Hacía tiempo que tenía ganas de hablar de María Antonia Iglesias. Esta mañana, según publica Periodista Digital, se las ha tenido tiesas con Alfonso Rojo. Este es el extracto de la conversación:

- No hay persecución del castellano en Cataluña, os lo estais inventado los de la campaña de siempre.

- Si nosotros somos, ¿quiénes sois vosotros?

- Pues la gente que no decimos mentiras, para empezar.

- Es indecente lo que dices.

- Indecente no, te estoy haciendo prosa descriptiva.

- Lo que estás diciendo es una indecencia. María Antonia, tómate la pastilla porque esta mañana no te la has tomado.


María Antonia es una polemista de cuidado, una mujer encantadora, amable, de sincera cercanía y obsesionada por agradar. Nunca tiene una palabra más alta que otra hacia sus interlocutores consiguiendo, por lo general, una complicidad y cercania de sus diversos compañeros de tertulia en radio y televisión.

María Antonia siempre ha sido una mujer independiente al poder, lejana a cualquier grupo mediático de comunicación y con claras simpatias progresistas que para nada empañan su respeto y empatía hacia otras posiciones políticas. Su independencia mediatica le hubiera permitido, de haberlo querido así, colaborar con medios de uno u otro signo politico, no obstante su sentido de la lealtad y la amistad le han constreñido a trabajar en un único lado de la acera mediática.

Decía constreñido al hablar de su adscripción, no confundir con estreñido que pudiera aparentar su realidad física. María Antonia es bella por dentro. Amable, cercana, simpática. Un dechado de virtudes.

Su profesionalidad, su independencia, su humanidad, son solo comparables a su belleza.