Típica entrada de día de fiesta. Hoy quiero hablar sobre Nazca, un asunto que me ronda en la cabeza desde los viejos programas nocturnos de Antonio J. Alés y Federico Jiménez del Oso, madrugadas de domingos de insomnio con la radio encendida a poca voz.
Nazca fue investigada por primera vez por Max Uhle, entre 1900 y 1901. A lo largo de los años diversos investigadores se han interesado por esta cultura, alcanzando a ser la más renombrada y conocida de su periodo, luego de Moche. Los límites geográficos de Nazca son el Valle de Chincha por el Norte hasta el de Yauca por el Sur, y su centro estuvo en la cuenca de Río Grande. Por su zona geográfica y continuidad temporal, la cultura Nazca es un proceso que continúa la tradición Paracas, y que se ubica entre los primeros años de nuestra era hasta el quinto siglo d.C., cuando recibe la influencia de los Huari.
Los Nazca tenían ciudades pequeñas en Pisco, Ica, Nazca y Acarí, y se caracterizan fundamentalmente por concentraciones densas de casas con plazas abiertas. Cada una de ellas controla una población rural. Debido a que las mismas se encontraban en pleno desierto y el mismo ya estaba durante los nazca en expansión, dicha cultura tuvo que ingeniárselas para poder acceder al agua, para lo cual construyeron reservorios alimentados por canales y galerías de tal tecnología que no encontramos en ninguna otra cultura del Perú. La red comprende más de 11,000 metros entre canales y galerías, y uno sólo de ellos podía llegar a irrigar hasta 240 hectáreas.
Las Líneas de Nazca
La obra más conocida de los Nazca y por la cual se han hecho famosos en todo el mundo es, sin duda, las líneas y figuras trazadas en el desierto.
Lamentablemente, salvo contadas investigaciones, no hay trabajos serios que interpreten o busquen el origen de estas líneas y figuras. Descubiertas en 1926 por Toribio Mejía Xesspe, las líneas y figuras están ubicadas geográficamente en las pampas de Jumana y San José. Ocupan un área de más de 1,000 km², lugar donde el tipo de suelo tiene ese peculiar color rojizo debido a la oxidación diaria del rocío y el sol, además de contar con riolita roja y otras piedras volcánicas que permitieron formar las figuras simplemente limpiando la superficie para las más delgadas, y acumulando las piedras al borde y luego limpiando la zona para las más gruesas.
Se han dividido los motivos en tres tipos: líneas de diferentes tamaños (entre 30 metros y más de 9 kilómetros) que corren paralelas, en todas direcciones o irradiando desde un punto central, a veces asociadas a montículos; luego hay espacios amplios de formas triangulares o trapezoidales que pueden tener de 200 a 500 metros de largo; la tercera categoría son las conocidas formas que pueden ser de animales, plantas o figuras extrañas, incluyendo espirales.
El tema más debatido es el de la función de las líneas y figuras. Mucha tinta ha corrido, asegurando que se trataba de caminos ceremoniales, calendarios, lugares de reuniones sagradas y culto a los muertos, figuras con finalidades coreográficas, juegos deportivos, imágenes dedicadas al culto de la fertilidad y hasta realizadas por extraterrestres. Si bien la teoría más aceptada es la de Paul Kosok y María Reiche, la de una especie de calendario agrario ritual, sobre el cual las líneas representan el movimiento de astros y planetas, y las figuras son un tipo de escritura simbólica asociada a la trayectoria de algún astro. Lamentablemente no existe ningún informe que sustente estas teorías. Las nuevas investigaciones lanzan diversas interpretaciones, dejando de lado por completo la tesis de Reiche.
No se sabe a ciencia cierta en qué fecha fueron realizadas las líneas y figuras. Algunas investigaciones aseguran que fueron realizadas para la fase tardía de la cultura Nazca, que correspondería al siglo VI d.C. Otros afirman que muchas de ellas fueron realizadas ya cuando la zona Nazca estaba ocupada por los Huari.
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