LOS PERROS DE DIOS



Dado el nivel de sectarismo que corre en los tiempos actuales, me ha venido a la memoria un artículo reciente de Curistoria, un entretenido blog sobre cosas e historias curiosas. Me permito hacerla mía con su permiso. Cosas de la Inquisición que, no se porqué, vienen a mi memoria en estos momentos.

Lo que hoy voy a relatarles nace de una frase leída en una novela ambientada en el medievo. Todo encaja perfectamente pero no tengo datos para discernir si el hecho es histórico y era común en aquellos tiempos, o sencillamente es una coincidencia, eso sí histórica, pero coincidencia al fin y al cabo. En cualquier caso, allá va.

La orden de los Dominicos fue la principal fuente de inquisidores. La Santa Inquisición, que “preservó” la fe durante años a través de la tortura, el castigo y la búsqueda incansable, y muchas veces injusta, del hereje. La más mínima mácula causaba que los perros de Dios cayeran sobre cualquiera.

Así les llamaban y como tales actuaba: los perros de Dios. Perros de presa, siempre vigilantes y dispuestos a atacar. Ahí reside la curiosidad. Los Dominicos deben su nombre a Santo Domingo de Guzmán. Domingo proviene del latín Dominicus (“del Señor”) y de aquí tenemos Dominicanus que es el nombre en latín de los Dominicos. El juego de palabras al que quería llegar, y al que hacía referencia la novela, es: dominus/canis; donde dominus es “Señor” y canis “perro”. Por lo tanto, no hay mejor nombre para los inquisidores dominicos que los perros de Dios.


2 comentarios:

Brenda dijo...

muy bueno

Brenda dijo...

muy bueno, me ha gustado tu visión retrospectiva...