
Los que me siguen habitualmente saben que me gusta, y mucho, el boxeo. Probablemente porque los de mi generación, los primeros sesenta, asistimos al inicio de las emisiones televisivas y por tanto a los memorables combates que llevaron a nuestro país a tener varios campeones del mundo.
Pero no es de los grandes campeones españoles de quien quiero hablar hoy. Hoy trataremos de acercarnos a Jack Johnson "El gigante de Galveston", ciudad fundada por un malagueño, (vean nuestro post del día 25 de Marzo), una auténtica fuerza de la naturaleza, primer campeón mundial negro de los pesos pesados y una pesadilla para quienes, a lo largo de esa época, trataron de encontrarle un blanco que pudiera destronarlo. La frase hecha de " la gran esperanza blanca" fue aplicada sistemáticamente a todos aquellos a quienes venció en la lona y quedó para la posteridad. No pudieron ganarlo en el ring y lo hicieron con artimañas gangsteriles propias de la época. Pero eso.......... forma parte de la historia.
Jack Johnson fue el primer estratega. Basaba su boxeo en la paciencia, siempre dejaba la sensación de que no lo estaba dando todo en el ring. De que se guardaba algo para el momento preciso. Johnson jugaba al desgaste, en ocasiones le acusaron de cobardía por esperar al último momento para ganar el combate, de "preparar" estrategicamente al contrario, lo que en el argot se llama madurar al contrario a base de golpes en las zonas delicadas, las que hacen abrir la boca para respirar por ella en lugar de por la nariz, las que provocan el desgaste. El mismo estilo de boxeo que, diez años antes, ofrecía Jim Corbett, siendo considerado un prodigio de inteligencia y caballerosidad boxística. La diferencia, claro, es que Corbett era blanco.
Johnson peleó un total de 124 combates de los que ganó 49 por K.O y sólo hubo de ceder 2 derrotas. En aquella época las peleas llegaban a doce y, eventualmente hasta 15 asaltos. En su pelea en Australia por el campeonato del mundo ante el canadiense Tommy Burns, llenaron el estadio de Sidney más de 20.000 personas. Johnson se burló del adversario y de toda la primera fila de aficionados seguidores de su rival tendiéndole la mano para subir al ring cada vez que amagaba la retirada para, sin solución de continuidad, seguir con el machaque permanente a que sometía a sus rivales. En ese combate, a pesar de resultar ganador, salió detenido por la policía a instancias del equipo de su rival. No se pierdan este excelente vídeo:
A raiz de este combate, del escándalo provocado, se comenzó a buscar al anti-Johnson, a la "gran esperanza blanca". En los dos siguientes años, entre 1908 y 1909, se cumple su centenario, cayeron bajo sus puños cerca de diez boxeadores blancos de distintas categorias, hubieron de celebrarse incluso exhibiciones por las diferencias de peso, en la defensa de la ídea de la superioridad blanca frente al llamado peyorativamente "mono" que se negaba a ser destronado. En 1910 se celebró la "Pelea del siglo" en la que un retirado campeón mundial - James J. Jeffries- volvió a los cuadriláteros con un único objetivo: "acudo a este combate con el único objetivo de demostrar que un hombre blanco es superior a un negro". La pelea se celebro ante 22.000 espectadores en un estadio construido con este único objetivo en Reno (Nevada). La pelea se convirtió en un foco de tensiones raciales en las que los espectadores cantaban jaleados por las bandas de música "matar al negro". Fué un combate épico que ganó Johnson en 15 asaltos después de tirar en dos ocasiones a su rival a la lona.

La pelea provocó graves disturbios raciales al celebrarse
precisamente un cuatro de Julio. Las reacciones fueron totalmente diferentes según la raza y el Estado en que se produjeran las celebraciones. Desde la exaltación de la victoria en un poema < !Mi Señor, que mañana!> del poeta William Curey, hasta los incendios de viviendas y agresiones a negros en los Estados de la América profunda.
La historia de Jack Johnson es la de un luchador. Su título mundial lo perdió en una encerrona en un rancho de Tejas en una pelea a 46 asaltos, imaginen la barbaridad, contra un hombre que pesaba treinta kilos más que él. Fué obsesivamente perseguido hasta el punto de que utilizaron contra él la llamada Ley Mann que permitia la detención de un hombre por atravesar dos Estados en conpañia de una mujer que no fuera su esposa "con intenciones inmorales". Obviamente, la Ley estaba promulgada para luchar contra el proxenetismo pero, en este caso, sirvió para condenarlo a un año de cárcel que cumplió en la penitenciaria de Leavenworth. En 1920 abrió en el barrio de Harlem un club nocturno que vendió a los pocos meses, como consecuencia de su ingreso en prisión. El comprador fue un gangster de Nueva York, Owney Madden, quién cambió su nombre por el de Cotton Club.

Durante su estancia en prisión fabricó una patente, que quedó registrada en el Registro Oficial de Patentes americano, de una llave para mejorar los dispositivos de sujección que, todavía hoy, continua vigente.
A lo largo de los últimos veinte años se han producido movimientos para reponer la memoria de Johnson. Los últimos en el año 2008 en el que el Ex-Presidente Bush, con el apoyo del Senador y rival de Obama en las últimas elecciones, John Mc Cain. El pasado 1 de Abril se ha producido una conferencia de prensa en Capitol Hill para pedir el indulto presidencial.
Gran parte de los derechos y reconocimientos de los que hoy goza la población negra en Estado Unidos vienen de la lucha que muchos continuaron tras la estela de Jack Johnson. Un hombre que nunca se dejó doblegar. El propio Cassius Clay reconoce la influencia de Johnson en su decisión de no acudir a la guerra de Vietnam y en su lucha por acabar con las diferencias raciales.
La historia de Johnson fue llevada al cine en 1970, bajo el título de La gran esperanza blanca, dirigida por Martin Fitt y protagonizada por James Earl Jones en el papel de Jack.
También inspiró a músicos como Miles Davis y Leadbelly que le dedicaron sendas canciones. En el caso de Davis, la canción termina con el actor Brock Peters, en el papel de Johnson, cantando:
Soy Jack Johnson. Campeón mundial del peso pesado. Soy negro. No dejen que se me olvide. Soy el negro que lucha por sus derechos. Yo nunca les olvidaré.
Murió en un accidente de automovil en 1946 tras una pelea por negarse a servirle una cena. Su tumba está sin marcar pero una piedra con la leyenda "Johnson" está por encima de las parcelas en que se encuentran su mujer y sus hijas.
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