Para mucha de la gente de mi generación Antonio Vega fue un referente. Sus letras, su música, sus sentimientos, nos influyeron en los mejores momentos de nuestra vida.
La década de nuestros veinte, el Rock-Ola, la Morasol, Malasaña, la Prospe, son lugares comunes entre muchos de los que, por lugar de nacimiento o trabajo, tuvimos la suerte de vivírlo en directo.
Es evidente que otros aspectos de la vida de Antonio distan mucho de lo que consideramos razonable pero Antonio sólo se hacía daño a si mismo. No tengo la menor intención de hacer un obituario, se han hecho muchos ayer y hoy, ni de moralizar. Antonio vivió como quiso y probablemente murió de la misma forma.
Vaya el sincero homenaje individual de alguien que sigue emocionándose con tu música.
Descansa en paz.
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