EL APAGÓN DIGITAL





A lo mejor a ustedes les parece que hay cosas más interesantes y novedosas de que hablar pero para este "columnista incendiario" el futuro del parque de bomberos, del nuevo que no del viejo, es de vital importancia y no solo por el juego de palabras. En primer lugar por su elevado coste, más de tres millones de euros tras las últimas modificaciones, abandonados a la intemperie y dejándose pudrir, mientras los funcionarios malviven en condiciones lamentables en las obsoletas instalaciones del viejo parque.
Y es que no hay nada peor que ver como algo se hace viejo y se deteriora sin siquiera haber sido estrenado. Máxime cuando, como es el caso, es un bien de primera necesidad. Lo hemos sufrido, algunos en propias carnes, con las últimas inundaciones donde se ha puesto de manifiesto la precariedad no sólo de las instalaciones sino de los medios materiales con que cuenta nuestro parque. Sin ir más lejos, la imposibilidad de emitir un informe por carecer el cuerpo de responsable tras no serle renovada la comisión de servicio al anterior ni sacar la plaza a concurso como se venía prometiendo desde tiempo atrás. En esta ocasión ha afectado, nada más y nada menos, que a las órdenes de desalojo de once viviendas dañadas por los temporales, mañana se tratará de los uniformes obsoletos que no pasarían el más mínimo control de calidad, pasado de los vehículos averiados y cualquier día las mangueras echaran polvo en vez de agua.
Entiendo, y esto es así desde hace ya ocho años que se hicieron las previsiones para su financiación, que es una de las carencias más importantes de que adolece Estepona. Y es particularmente sangrante cuando pasamos todos los días por delante y vemos que además de perder vigencia, hace ya más de un año que perdió una de las letras que le daban nombre. Son, queridos convecinos, más de quinientos millones de las antiguas pesetas paralizados y dejándose morir por meros detalles administrativos, graves pero no insalvables, que afectan al sentido común. Como nadie sabe darle solución al problema, al menos falta valor y ganas para enfocarlo, se tira el dinero por el desagüe, se penaliza al técnico que hizo el proyecto que no cobra por su trabajo y se envía al concurso de acreedores a la empresa que se adjudicó la obra. De un plumazo y sin ponerse colorados. Ahora entenderán ustedes porqué si se acercan a la delegación de urbanismo solo puede saludarles el eco de las paredes ante la falta de clientes siquiera interesados en que se les devuelvan las cantidades anticipadas por convenios que nunca habrán de cumplirse.
Otro de los asuntos que está empezando a oler es el asunto de la TDT. Que me da a mí que no tienen muy claro por donde tirar al menos en materia de personal. Porque desde el punto de vista técnico ya les digo yo que está definitivamente turbio. Miren que sólo apuesto a ganador y me juego esta columna que no es mía a que si quieren ver la retransmisión de la Semana Santa esteponera van a tener que desconectar el decodificador y volver a la antena antigua o poner el Canal Sur a ver si tienen suerte y conectan con nuestro pueblo. O ver la de Sevilla, vamos, que esa nunca falla. Porque lo que es seguro es que llegará el apagón analógico de finales de este mes y el asunto estará sin solucionar. No tendremos el poste, ni el dinero para pagarlo, ni a nadie parece importarle lo más mínimo. Claro que tampoco saben que van a hacer con los trabajadores de la televisión, ni quienes valen ni a quienes se recolocará - en el mejor de los casos que alguno tenía otra intención - en la plantilla municipal. Muchas son las incertidumbres que, no quién esto escribe, si no los propios interesados, tienen sobre su cabeza en estos momentos y trasmiten a quienes los escuchan. Resulta curioso que sea la empresa de comunicación la que más silencios y falta de explicaciones plantea ante unos trabajadores acostumbrados a buscar información. Silencio sepulcral y cuchicheos en voz baja son la tónica habitual en un departamento municipal marcado por el escasamente honroso lema de "sálvese quien pueda".