Asuntos varios

Resulta cansino semana tras semana hablar de lo mismo, poner de manifiesto una realidad desconocida para los ciudadanos que bastante tienen con vivir el día a día en las circunstancias en que nos encontramos y a los que nos gustaría, al menos a mí, aunque alguno no lo crea, pintarle de color la tristeza que nos rodera.
Pero no nos dejan. Se empeñan, erre que erre, deben creer que vamos a cansarnos de denunciar, en hacer de su capa un sayo y saltarse a la torera no ya la más elemental de las normas jurídicas que hasta un lego en la materia como yo detecta sino, en el colmo del disparate, la más pura inteligencia a base de emplear la política de la tierra quemada para que si algún día dejan de estar en el poder, sólo quede la nada tras de sí. Pues va a ser que no, mire usted.
Vayamos por partes. La historia de Lina Rivas y su personal de confianza en busca de blindaje no es nada nueva. Lo que Lina ha vuelto a poner de manifiesto es que está muy bien asesorada, lo que dice mucho en su favor. Otra cosa es que ese asesoramiento sea éticamente correcto y si los ciudadanos deben pagar el blindaje de los altos cargos del PA que por un lado buscan la privatización de los servicios y, por otro, no quieren formar parte de la plantilla de la adjudicataria porque las sábanas con las que uno se arropa en el Ayuntamiento, a pesar de los problemas económicos, son de seda en comparación con la empresa privada en la que rascan bastante más en razón de la exigencia de unos y otros y el tiempo libre que, hoy por hoy, vale tanto como el dinero.
Eso no obsta para que Lina, insisto muy bien asesorada, haya puesto a Valadez contra las cuerdas y haya tirado de decreto como Zapatero tira de BOE. Es decir, contra cualquier atisbo de lógica, disparando con pólvora ajena y dando una sensación permanente de  debilidad y entreguismo en manos de sus socios de gobierno.
A principios de semana, en una colaboración para Diariosol.es retomé una antigua historia que data de la anterior legislatura, año 2006 más o menos, cuando se negociaba el convenio de la Universidad con Globalia y era la Carlos III la elegida, antes del telefonazo -leyenda urbana- y de la electoral declaración de intenciones de la Junta en precampaña de 2.007. Pues bien, ha pasado una semana y nadie ha dicho esta boca es mía. Ni siquiera para negarlo, harto difícil porque al salmantino se le llenó la boca garantizando con su aval la construcción y sus palabras quedaron grabadas a fuego con la mosca de la añorada emisora.
Y es que aquí en seguida se da la callada por respuesta, máxime cuando hay dinero de por medio, excuso decirles cuando hay mucho dinero como es el caso. Claro que si nos atenemos a determinadas teorías a lo mejor, a lo peor, la cosa tiene su explicación. Y podremos entender las razones de algunas prisas en la tramitación de expedientes concretos y muy definidos. Y las razones de determinadas firmas que no tienen competencia alguna en su gestión. No se si me siguen.
La última de la semana ha sido la respuesta de Valadez a la denuncia de Estepona Información en relación con los consejos de administración de las empresas municipales. La información de nuestro periódico sirvió para una nota de prensa del Partido Popular, a quién si responde el alcalde, en la que manifestó, disculpen si no es exacta la cita, que "la culpa la tenían los populares porque no modificaron los consejos de acuerdo con la Ley de  Medidas para la Modernización del Gobierno Local en 2003 cuando gobernaban".
 Hay que reconocerle la agilidad para salir al quite. De la misma forma que la imprudencia y la falta de documentación y documentadores. La Ley de Modernización, señor alcalde, en nada afecta a los estatutos de las sociedades anónimas, que se rigen por otra Ley; además, por si fuera poco, se promulgó el 16 de Diciembre de 2.003, con un alcalde socialista,  Antonio Barrientos, un gobierno socialista del que usted formaba parte como concejal de personal y consejero de alguna sociedad , justo antes de que pasara a ser el concejal de personal de la mitad de la plantilla municipal y eludiera responsabilidades en la otra media.