Curarse viajando





Siempre se ha dicho que los nacionalismos se curan viajando y no puede ser más certera la apreciación. Los que tenemos la suerte de vivir en un lugar privilegiado por su situación geográfica, sus horas de sol, su luz y su entorno natural tendemos a deleitarnos en su contemplación y a creer que con los dones que la naturaleza nos ofreció tenemos más que suficiente. Craso error. Mientras nos contemplamos en el espejo a deleitarnos con nuestra belleza, la vecina fea trabaja para mejorar y colocarse a nuestro nivel. Y a fe que lo consigue. 
La última semana he atravesado España para pasar una semana con mi familia del norte y les puedo garantizar que quienes nos rodean no pierden el tiempo en reciclarse y pelear contra la crisis de la única manera que puede hacerse: con imaginación, ilusión y un escrupuloso manejo de los fondos públicos de forma que lo poco parezca mucho por el control y la eficacia al gastarlo. Desde las obras públicas del estado - Ruta de la Plata - hasta la eficaz utilización de los fondos de los planes estatales y autonómicos por parte de los municipios, ciudades como Cáceres, Avila o Salamanca por no hablarles de mi ciudad natal, Santander, han visto como se embellecián sus calles y jardines con obras de primera necesidad ejecutadas desde una elección adecuada de las necesidades, pasando por el control del gasto y la eficacía en su realización. Cuando leía por internet que la primera obra a ejecutar en Estepona con los fondos del Proteja es la zona del Arroyo del Piojo y los accesos de la plaza de toros me vinieron de nuevo a la memoria las obras de la calle Terraza, levantada y cerrada tres veces y otras de la misma escuela constructiva y resultados. Bueno sería que ahora, cuando se levante el firme de la zona afectada, se comprueben las obras efectuadas y se comparen con los proyectos presentados en su día porque, debo recordar a las memorias frágiles, las citadas obras ya fueron ejecutadas hace algo más de tres años con cargo a unos curiosos presupuestos participativos que tal como llegaron, desaparecieron, llevándose consigo casi dos millones de euros en obras que, lejos de solucionar problema alguno, son causa de las inundaciones anuales que padece la zona del Puerto Deportivo. 
Una vez más, no me cabía duda alguna, constato que la peatonalización del casco histórico es la única solución a la crisis económica que estan pasando los comerciantes del centro de la ciudad. Resulta curioso que haya de ser ésta una medida a tomar en contra de los propios beneficiarios que, en una gran parte, se muestran reacios a la misma. No cabe otro camino, o ser capaces de dotar a la ciudad de un comercio moderno, unas calles que resulten atractivas, jardineria cuidada y mantenida; uniformidad en la presentación de terrazas en cuanto a su decoración - toldos, mesas y sillas - y profesionalidad en el servicio junto a unos precios adecuados o la lenta muerte por inanicción económica. Y, en esto, como en los asuntos de las obras solo hay que dar un par de pasos en cualquiera de las direcciones geográficas. Ni salir al extranjero es preciso, cualquier capital de provincia o pueblo de mediano tamaño es un buen ejemplode lo que digo. Estepona, los comerciantes de nuestra ciudad, no pueden, como el conductor suicida, pensar que todos los demás están equivocados y van en dirección contraria. Es imprescindible para el futuro económico y turístico de la ciudad un gobierno fuerte, que tome decisiones drásticas y que aplique experiencias ya contrastadas. Sacar los coches del centro de la ciudad es la primera de ellas junto a las exigencias de inversión y competitividad ya señaladas. Para todo esto es necesario, como ya he dicho, un gobierno en mayoría, fuerte y con objetivos claros y definidos. Y la suficiente convicción para aplicar las ideas y las propuestas ofertadas al ciudadano antes de las elecciones de Mayo de 2011.
No puede ser que cuatro vecinos haciendo presión hagan variar sistemáticamente las intenciones de quienes gobiernan. Eso pasa cuando, como ahora, estamos en manos de un gobierno débil, inconsistente y falto de cohexión. La alternativa, los ecos que me llegan así lo indican, ya está generando ilusión. Ese es el camino.