Ya estaban tardando mucho. La noche de los cuchillos largos venía planeando sobre la sede de Ferraz desde semanas antes aún de que se celebraran las elecciones del 20 de mayo. La constatación se vió de forma clara en el cierre del último Comité Federal del partido celebrado el pasado fin de semana en el que al todavía Secretario General no se le vió y el candidato derrotado se arrogó una representación que no le corresponde en un evidente intento de tomar la delantera al resto de quienes osan disputarle el cargo. Resulta curioso que Rubalcaba, el de la sonrisa de medio lado, ladina y de poco fiar, el mismo al que se le llena la boca hablando de democracia y pluralidad esté dando un ejemplo tan pobre de cultura democrática. Candidato digital, al menos electo a dedo, ha dado todo un ejemplo de falta de esa cultura de la que presume. Ahora, como el tahúr del Mississippi, toma la delantera a base de negar la mayor a sus adversarios directos.
Pero me da a mi que esta vez le van a salir más ranas que príncipes a la hora de salirse con la suya. Agrupaciones importantes de la periferia se cuestionan su liderazgo: País Vasco, Extremadura y Cataluña no terminan de ver las cosas claras y apuestan por sus propios candidatos. Tomás Gómez en Madrid ya se enfrentó con Zapatero y ganó el pulso aunque luego las urnas le dieran la espalda y no tendrá el menor inconveniente en probar fortuna jugando a la mayor. Y a lo lejos, como quién pasaba por allí, el patriota con mayúsculas, el amigo de Estepona y las vistas al mar, observa como se deteriora el panorama esperando que vengan a ofrecerle el cargo en bandeja. No dará pasos en falso como no los ha dado en los últimos años en los que se ha dedicado a hacer amigos y negocios y no necesariamente por este orden.
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