Cuestión de plazos




El primer minuto en Radio Estepona

Hay muchas cosas que preocupan a los analistas económicos, y no sin razón. La situación de la deuda y la evolución de la prima de riesgo vuelven a copar actualidad en un país que ya no está para muchos sustos. Pero, dado que ya hemos debatido suficiente sobre ésto y poca luz podremos ofrecer a nuestros oyentes sobre tema tan manido, vamos a detenernos en su evolución en las próximas semanas. Parece claro que los mercados apuestan por nuestro país. Nuestra economía, con atravesar probablemente el peor periodo de su historia reciente, tiene la confianza de los grandes de la UE, además de la “suerte” de coincidirnos este momento con una convocatoria electoral. Las previsiones, apuntando a un cambio de gobierno y la apuesta del líder de los populares, más por lo que se imagina que por lo que enseña, por adoptar medidas duras de ajuste hacen que el BCE haya intervenido para solventar la situación. Y aunque a un elevado coste, aquí nadie da puntada sin hilo, lo cierto es que nos ha permitido tomar una bocanada de aire para llegar al domingo con una cierta tranquilidad.
Y aquí llega lo preocupante. Entre una victoria electoral que ponga patas arriba la administración de este país y la efectiva toma de poder por los nuevos gobernantes va a pasar un mes extremadamente largo. Un mes en el que los mercados volverán a cebarse ante la situación de desgobierno que vamos a vivir. Una situación con la que, a pesar del apoyo de los países ricos de la UE, interesados en acabar cuanto antes una crisis que les pone en evidencia ante sus propios ciudadanos, habremos de convivir un tiempo que se antoja excesivo. No menos de cuatro subastas de deuda tendrán lugar entre el 20 de noviembre y el 13 de diciembre y no podremos hacer nada por evitar la congoja que supondrá la constatación de que las previsiones de la ministra Salgado se alejan mucho de la realidad. Rajoy parece abocado a la resignación ya que no existen mecanismos legales para agilizar los plazos y confía en que la relación fluida que mantiene con Zapatero en los últimos meses le permita capear el temporal sin que el presidente saliente tenga que tomar decisión alguna de envergadura. Era, ya, lo único que nos faltaba.