"NOT GUILTY"




"Not guilty", que dicen los americanos. Así les ha declarado el jurado popular al ex presidente valenciano, Francisco Camps, y a su secretario general, también ex, Ricardo Costa, por el asunto de los trajes y el cohecho impropio. ¿Y, ahora qué? ¿quién devolverá el honor mancillado, el cargo del que han dimitido, la honra y el tiempo perdidos y la imagen pública mancillada? ¿Pepiño quizás? . El campeón de la gasolinera al que se le llenó la boca de bilis mientras, dicen las voces acusadoras, se le llenaban también los bolsillos de algo distinto al cristal del que presumía al tiempo que, con precisión de barbero, afeitaba la honra del adversario político.
Es jodido ser cargo público en este país. Mucho más si obtienes un éxito electoral continuado. Los navajazos de los contrarios y el fuego amigo de los propios son difíciles de soslayar a la que se les presente la mínima ocasión. Los unos, para coger el sillón a plazo medio, los otros, para hacerlo de forma inmediata tras provocar su dimisión. En medio, la víctima. Un alto cargo con un futuro brillantísimo que ha visto como cuatro trajes de baratillo le arruinaban la vida. ¿Y la corte de fariseos de la izquierda mediática? ¿a esos quién les expulsa del templo?
Este país necesita, de inmediato, una reforma judicial. Y con la misma velocidad una reforma de los modos y las actitudes en los medios de comunicación. Nunca en España la prensa fue más sectaria y partidista. Acaben con las subvenciones y acabarán con las injusticias. Cómo en la selva, que sobrevivan el más fuerte y el más veraz.
Para terminar, una disculpa. Al diplomático congoléño que, al menos así lo ha manifestado, sufrió un lapsus anteayer por dificultades con el idioma. Al César lo que es del César.