Traveling Wilburys







Hoy vamos a traer al blog un grupo, una macrobanda, creada para un momento puntual que como consecuencia de la muerte de uno de sus miembros, Roy Orbison, ha pasado a la historia por su capacidad de improvisación, su frescura y la sensación que sus componentes de pasarlo realmente bien mientras tocaban. Traveling Wilburys, se llamaron así en homenaje a un supuesto progenitor común de sus miembros, personaje de ficción al que llamaron Charles Truscott Wilbury Jr, evidentemente bebedor y mujeriego.

Era 1987 y George Harrison, el ex-Beatle, se encontraba en una fase de escasa creación intentando grabar su disco "Cloud Nine" mientras bromeaba con su productor Jeff Lynne sobre la posibilidad de imitar las entonces de moda superbandas rockeras. Su idea era reunir en un grupo a viejos rockeros de prestigio para darse el gusto de tocar entre amigos, componer sin presión dando rienda suelta a la imaginación de cada uno y viajar disfrutando en pequeñas salas de conciertos. En 1988, mientras Harrison trataba de dar con la cara B del single, Jeff Lynne producía un disco para Roy Orbison, estrella de los cincuenta y sesenta y por entonces, antes de que la película Pretty Woman lo devolviera a la fama como autor del tema principal, una leyenda olvidada por la opinión pública y la crítica. A Orbison que había coincidido con Harrison en una gira de los Beatles le entusiasmó la idea y se puso en contacto con Tom Petty quién no dudó un solo instante en formar parte del proyecto. El estudio de grabación, cosas del destino, estaba situado en la cas de un viejo amigo de Harrison, compañero de giras de Petty y admirador de Orbison: nada menos que Bob Dylan.
La primera noche que tocaron juntos lucia una maravillosa luna llena a la que Harrison le achacó el éxito posterior. Cenaban juntos unos pollos a la parrilla y Harrison ensayaba el tema, aún sin título. Dylan bautizó la canción con el rótulo de una caja vacía que había en el estudio "Handle with care" (Tratar con cuidado). Cinco músicos juntos y una canción sin perfilar fueron la excusa perfecta para iniciar la colaboración. En pocos minutos escribieron la letra y Harrison llegó a la conclusión de que, ya puestos, era el momento de hacer algo diferente. La conjunción de las voces fue tan definitiva que tras escuchar la primera grabación nació el supergrupo.





Cuando el ejecutivo la Warner escuchó el resultado se entusiasmó. Las guitarras, la conjunción de las voces alrededor de la de Orbison parecían excesivo premio para una cara B, de forma que les propuso grabar un disco en tan solo nueve días, antes de que Dylan emprendiera la gira que tenía programada con anterioridad. La cosa era "fácil", tan solo componer un tema cada tarde y grabarlo en la noche. El disco se grabó en el mes de mayo de 1988 en los estudios que el ex cantante de Eurithmics, Dave Stewart, tenía en Los Ángeles. En el desarrollo del proyecto fue clave George Harrison, un hombre templado y acostumbrado a lidiar con los egos de grandes estrellas y para el que el grupo no fue sino la materialización de un viejo sueño, la Banda del Club de Corazones Solitarios del Sargento Peppers. Harrison consiguió llevar a la banda el buen rollo con el que siempre soñó. Un grupo únicamente pendiente de divertirse, de crear buena músicas, sin limitaciones, sin corsés y sin liderazgos. "Todo por la música, sin un plan ni decisiones concretas" era la filosofía. Traveling Wilburys Volumen 1, vió la luz a finales de 1988 con una acogida espectacular hasta el punto de que Rolling Stone lo catapultó, probablemente de forma exagerada, a la lista de los 100 mejores discos de rock de todos los tiempos.
El disco, además de conseguir ser disco de platino, logró un Grammy como "mejor actuación de Rock de un grupo" y relanzó las carreras de Dylan y Orbison. Lamentablemente, la de éste último ya con carácter póstumo, tras el ataque cardíaco que segó su vida ese mes de diciembre de 1988.






El año 1990 fue el de la grabación del Volumen 3 de los Traveling Wilbury, una ironía de Harrison ya que nunca hubo un volumen 2. Un disco éste del mismo nivel que el primero pero al que le faltó una joya como Handle with Care. No obstante, también alcanzó las ventas suficientes para ser disco de platino como el anterior. Un disco en el que Dylan se implicó de forma especial en la composición hasta el punto de aparentar más una reunión de amigos de Dylan que una conjunción de talentos. A partir de ahí, en la década de los 90 de habló de una posible tercera parte. No hubo lugar y la muerte de Harrison en 2001 acabó con las especulaciones. En cualquier caso,  un compendio de buena música, buen rollo, amistad, generosidad y la luna llena alumbrando la historia.