Como
una sílfide. Así se ha quedado el alcalde socialista de
Villahermosa, un bonito pueblo de Ciudad Real, tras una huelga de
hambre salvaje que ha durado la friolera de seis días y le ha hecho
perder cuatro kilos. El arrojado alcalde, que tan sólo pesaba 115
kilos al comenzar, ha visto como sus defensas vitales se veían
tremendamente resentidas y ha abandonado el calvario insoportable al
que se había sometido. Isidro Villamayor, que así se llama el osado
penitente, protestaba frente a la nueva presidenta de Castilla La
Mancha, Dolores de Cospedal, por el impago de la deuda que la
comunidad autónoma mantenía con su Ayuntamiento desde la época en
que Barreda, el sustituto de Bono, la presidía. Se preguntarán
ustedes ¿Y porqué no le hizo la huelga de hambre a Barreda? No sean
mal pensados, la explicación es sencilla: en esa época estaba con
la Dukan y no tenía la necesidad de adelgazar de otra forma. Cuando
llegó al poder el PP, comenzaron los rumores de que lo de Dukan no
era muy sano y decidió tomar el camino más difícil. Dejar de
comer.
Se
preguntarán ustedes, porqué ha abandonado sin conseguir su objetivo
y también tiene su explicación: el mèdico le ha dicho que sus
constantes se resentían y estaba entrando en estado de abatimiento.
Como habrá llegado a ser el problema que hasta el secretario
provincial socialista lo amenazó con ir a sacarlo del estado en que
se encontraba. Claro que los vecinos no piensan lo mismo. Denuncian
que el elemento estaba acudiendo a un dietista y aprovechó que el
Pisuerga pasa por Valladolid para dar la nota. Tampoco entendían
que, ya puesto, porqué no hacía la huelga en casa y no en medio de
la plaza del pueblo. Unos vecinos que, en el colmo de la maldad,
señalaban que, puestos a adelgazar, podría adelgazar la nómina
municipal de la que, ademas de él, cobraba su mujer como asistente
de ayuda a domicilio, su hijo como monitor de las escuelas deportivas
y su hija en tareas de la limpieza municipal.
Y
es que ya saben, familia que trabaja unida, permanece unida.
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