Felicidad femenina





Ayer mi mujer no pudo dormir. Con ella, supongo, miles de mujeres andaluzas que están de los nervios ante lo que las encuestas electoreales anuncian. Todo ello después de oír las palabras de Elena Valenciano, la número 2 de Rubalcaba, que ha afirmado en un acto electoral, dirigiéndose a las mujeres que “si no gana el PSOE, son quienes más tienen que perder” y que con un Gobierno de derechas, “corre peligro su autonomía, su libertad, el camino emprendido y, finalmente, la felicidad de las mujeres”. A la mía yo le he tranquilizado: se refiere exclusivamente a las suyas. A las beneficiarias consortes de los 700 millones de los ERE´S, a las de los implicados en Mercasevilla, a la de Iván Chaves, a la propia Paula, su hermana, y tantas y tantas otras que a lo largo de los últimos años se han visto beneficiadas del saqueo de las arcas de la Comunidad Autónoma. El resto de las andaluzas no tienen motivos para temer. Se acabará la alienación de Canal Sur, podrán ser libres e iguales por elección y no por imposición y no les utilizarán para organizar agencias de colocación a la que algunos llamaron ministerio de Igualdad.
Fíjate, le dije, que hasta algunas de las suyas van a ser también más felices. Y me acordé de la señora del que se gastaba 25.000 euros en coca de los fondos de asistencia a las empresas en crisis y de la señora del alcalde que sacaba a pasear la Visa oficial en bares de luces de colores. Esas, le dije, también van a ser mucho más felices si no gana el PSOE. En general, van a serlo todos los que entiendan que la democracia es alternancia y treinta años de un gobierno monocolor, que ha hecho de Andalucía su cortijo, se parece mucho a una dictadura disfrazada. Que es hora de que los dinosaurios que llevan más de veinte años subidos al coche oficial y mamando de la teta de la Junta dejen correr el aire y se enfrenten al mundo laboral real. Al de los cinco millones de parados que, con tanta eficacia, ayudaron a crear.